CRUZAR A LA OTRA ORILLA… (Mc 4, 35)




Del 1 al 5 de octubre se celebrará el XXV Encuentro Nacional de Pastoral de la Comunicación en México, convocado por la CEPCOM, que tiene como lema «Crucemos a la otra orilla» (Mc 4, 35). Un pasaje interesante que me hizo reflexionar un poco, además de la excelente propuesta de la Comisión.

1.     Crucemos

Aventurarse en una pastoral como la de los medios de comunicación, implica no menos esfuerzo que en las demás pastorales. Sin embargo, siempre es una iniciativa de Jesús y no del discípulo. Y creo que muchas veces, por estar tratando de estar al frente de la acción pastoral, se nos puede olvidar que seguimos  estando detrás del Maestro, es decir, como sus discípulos.  

He tenido la oportunidad de conocer casos de sacerdotes, seminaristas, religiosas y laicos, que intentan cruzar en la pastoral, basados en su propio proyecto personal, sin una verdadera moción del Maestro, mucho menos de la comunidad, y  terminan fracasando, aunque hayan emprendido una travesía.

Y comenzar la travesía pastoral (cf. Lc 8, 22), es siempre iniciativa de Jesucristo, en una realidad comunitaria, con Él en la barca, con un objetivo claro: la otra orilla.

2.     A la otra orilla

Jesús se dirige a la otra orilla para continuar su labor evangelizadora. Del mismo modo, como discípulos estamos llamados a imitar al Maestro y llevar la Buena Nueva a esos lugares donde no se conoce, en este caso los medios de comunicación.
Tal cual, «todos somos invitados a aceptar este llamado: salir de la propia comodidad y atreverse a llegar a todas las periferias que necesitan la luz del Evangelio»[1].   Y aún más «la evangelización no puede prescindir, hoy en día, de los medios de comunicación»[2].

Una orilla como las comunicaciones es un mundo amplísimo y tan diverso, como apps y sitios existen, en donde se necesita la presencia del mensaje de Cristo.

Por consiguiente, para una eficaz evangelización en la orilla, es preciso ir a ese lugar, de tal manera que, ir a la otra orilla es lo mismo que salir a las periferias existenciales de los medios de comunicación, para «evangelizar las nuevas formas en su mismo nacimiento»[3].

3.     Otras barcas lo acompañaban

Sin embargo, el camino hacia la otra orilla no es de manera individual, sino comunitaria.

Cuando Marcos menciona que otras barcas lo acompañaban, siguiendo la clave pastoral mediática, son los diversos organismos especializados en este campo de las comunicaciones: dígase profesionales, congregaciones que tiene como suyo este carisma, y las otras pastorales que trabajan en conjunto.

Así como la pastoral de las comunicaciones se apoya en la pastoral bíblica, vocacional, de migración, de liturgia, etc. De esa misma manera, en conjunto con la dimensión de comunicaciones sociales, éstas deben  «servirse de los medios de comunicación social (radio y televisión) para llegar a todos»[4].


4.     Se levantó una fuerte tempestad


Pero como en toda pastoral, existen dificultades a la hora de la reflexión o la acción o en ambas. Siempre que intentamos cruzar surge una tempestad.

No pocos sacerdotes, religiosos y religiosas se han opuesto a utilizar los medios de comunicación como vehículos del Evangelio. Muchos prefieren no cruzar porque puede que esa tempestad les afecte, ya sea que desarrollen una adicción a las redes sociales, o que aparezcan en pantalla, o que la fama de los medios los atrape, o peor aún que entren una atmosfera de confusión en este mundo tan volátil y acelerado.
No obstante, el camino aunque peligroso, debe alguien recorrerlo, debe alguien atreverse a cruzar, junto al Señor, a la otra orilla.


Bien, «la Iglesia -nos ha dicho- se siente llamada a estar presente con el Evangelio, particularmente en los períodos de confusión»[5], especialmente en estos tiempos en que «la fuerte presión de los medios de comunicación y las nuevas tecnologías tratan de imponer una cultura única»[6].

Pero, ¿qué  hacer cuando la barca de la Iglesia, metida en la tempestad, parece que comienza a hundirse por ataques mediáticos, ocurrencias pastorales y antitestimonios?  
Eso lo veremos en otra ocasión…



[1] Evangelii Gaudium, 20
[2] Documento de Puebla, 1064.
[3] Ibid, 393
[4] Ibid, 900
[5] cf. Gaudium et Spes, 5
[6] Conferencia del Episcopado Mexicano, Hacia el encuentro de Jesucristo Redentor, bajo la mirada amorosa de Santa María de Guadalupe. Proyecto Global de Pastoral 2031-2033, México, 2018, p. 10.

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