JUÁREZ VIOLENTO ¿OTRA VEZ?

Son varias las veces en que me he topado con una publicación pesimista o demasiado exagerada sobre nuestra ciudad. Muchos usuarios de Facebook, se han dejado llevar por esta corriente de compartir este tipo de publicaciones sobre “que Juárez está muy violento”, “que no salgan si no es necesario”, “que andan matando a todo mundo”, "que tales grupos" etcétera, etcétera. ¿Te suena a algo familiar?

Si bien, es cierto que en Ciudad Juárez, se ha vuelto más evidente la violencia en los últimos meses. Pero…no es cosa rara, siempre ha existido el crimen organizado, los secuestros, las extorsiones, los asesinatos, las desapariciones forzadas. Sin embargo, que la violencia siga aumentando y acapare nuevamente los titulares debería cuestionarnos: ¿qué estamos haciendo? ¿Cómo estamos viviendo?

Primero, los medios de comunicación que contabilizan morbosamente los asesinatos o hechos violentos en la ciudad, que con tal de subir el rating, excusándose de realizar “profesionalmente”  el trabajo de informar a la ciudadanía, muestran imágenes crudas y opiniones ambiguas sobre los que sucede.  O hay quiénes en las redes comparten leyendas (por cierto larguísimas), que desalientan o crean psicosis, hundiéndonos en el miedo o el odio, la tristeza o la angustia.

Pongámonos a pensar: ¿Qué hacemos cuándo vemos este tipo de noticias o publicaciones? ¿Qué pensamos de los delincuentes? Seguramente decimos: “mugre viejo”, “ojalá lo refundan en la cárcel”, u otros insultos que solo dejan entrever nuestra gran calidad humana.

Y sigo preguntando: A “los malos”, ¿Los abandonamos, lo solapamos, lo exhibimos, los condenamos o los acompañamos?  Acaso, ¿rezamos por su conversión? ¿Contribuimos a generar un ambiente sano para convivir? ¿Qué hacemos para cambiar este entorno? O tal vez somos de los comodinos que prefieren no ver noticias para no asustarse y decir: es culpa del gobierno. 

En segunda, es cierto que somos una sociedad, pero como la ciudad de Nínive, «una gran ciudad que se estaba autodestruyendo, fruto de la opresión y la degradación, de la violencia y de la injusticia»[1]. Esa imagen la utilizó  el papa Francisco cuando pronunció su homilía en El Punto.

Muchos se ofendieron con esta comparación, pero es una realidad que si continuamos ignorando o egoístamente transformando, es probable que terminemos mal. ¡Hey! Pero el destino de Juárez no está marcado, aún tenemos la oportunidad de cambiar. Tenemos la oportunidad de transformar, a través de los cursos de verano para los niños y jóvenes, en donde podemos promover los valores humanos. Comencemos por educarnos a nosotros, practicando deporte, desarrollando habilidades artísticas, practicando nuestra fe, leyendo un buen libro, participando en actividades sociales, ¡Cuánto podemos influir en nuestro barrio o fraccionamiento, con un saludo sincero!  

Sin embargo, cuando nos hemos acostumbrado al dolor, nos hemos insensibilizado ante este panorama o nos ha dado miedo. Es ahí donde «aparece el Señor moviendo el corazón de Jonás, ahí aparece el Padre invitando y enviando su mensajero»[2]. ¿Pero quién o quiénes son estos mensajeros?

¡Los cristianos! ¡Somos esos mensajeros! Pero ¿Dónde estamos? Tal vez nos pasó como al profeta Jonás: «siempre llevamos latente la tentación de huir a un lugar seguro que puede tener muchos nombres: individualismo, espiritualismo, encerramiento en pequeños mundos, dependencia, instalación, repetición de esquemas ya prefijados, dogmatismo, nostalgia, pesimismo, refugio en las normas»[3].

Nos hemos vuelto cristianos cobardes (si es que se nos puede llamar cristianos), de misa de precepto o cuando me nace, de limosnita y cero compromiso.  Éstos no son verdaderos cristianos.  Es Dios quien «nos quiere santos y no espera que nos conformemos con una existencia mediocre, aguada, licuada»[4].
Debemos ser en esta ciudad, signo de esperanza, signo de contradicción, signo de participación ciudadana, es el papel de laicos, que «viven en medio del mundo y de los negocios temporales, ellos son llamados por Dios para que, fervientes en el espíritu cristiano, ejerzan su apostolado en el mundo a manera de fermento»[5].

Los sacerdotes, como pastores, los seminaristas, religiosas,  los consagrados y consagradas, podemos tener la misma tentación de dejarnos llevar por la comodidad, por la resignación de que Ciudad Juárez tiene su camino marcado y que no se puede hacer mucho.

Dice el Papa: «La resignación nos paraliza y nos impide no sólo caminar, sino también hacer camino; una resignación que no sólo nos atemoriza, sino que nos atrinchera en nuestras «sacristías» y aparentes seguridades; una resignación que no sólo nos impide anunciar, sino que nos impide alabar. Nos quita la alegría, el gozo de la alabanza. Una resignación que no sólo nos impide proyectar, sino que nos frena para arriesgar y transformar»[6].

¿Qué nos queda hacer ante un “panorama oscuro”? ¿Qué podemos hacer para sacar de nosotros el temor mundano, la desidia, la comodidad, la superficialidad? ¿Por dónde empezamos?

Comienza por ti, por tu familia, por tus parientes, tu vecindario. Sé luz y esperanza, desde donde estés. Y por cierto, dejemos de compartir publicaciones tendenciosas, oscuras, dudosas y desalentadoras. ¡También en internet puedes contribuir!

Liberémonos de esa psicosis que nos ha enmudecido, que nos ha atado al miedo. Dejemos que Jesús eche fuera de nosotros al demonio, y nos haga salir de nuestra psicosis (Cfr. Mt 9, 32), para proclamar que Ciudad Juárez confía en el Señor, pues él es su auxilio y su escudo (Cfr. Sal 113B,3-4.5-6.7ab-8.9-10)[7].



[1] Papa Francisco, Homilía a los migrantes y víctimas de la violencia en Ciudad Juárez, 17 de febrero de 2017. (Consultado el 10 de julio de 2018) [En línea] Disponible en: https://www.aciprensa.com/noticias/santa-misa-en-la-feria-de-ciudad-juarez-20275
[2] Ibídem.
[3] Ídem, Exhortación Apostólica Gaudete et Exsultate, 19 de marzo de 2018. (Consultado el 10 de julio de 2018) [En línea] Disponible en: http://w2.vatican.va/content/francesco/es/apost_exhortations/documents/papa-francesco_esortazione-ap_20180319_gaudete-et-exsultate.html
[4] Ibídem.
[5] Concilio Vaticano II, Apostolicam Actuositatem, Decreto sobre el apostolado de los laicos, 18 de noviembre de 1965. (Consultado el 10 de julio de 2018) [En línea] Disponible en: http://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_decree_19651118_apostolicam-actuositatem_sp.html
[6] Papa Francisco, Homilía a sacerdotes y religiosos en Morelia, 16 de febrero de 2016. (Consultado el 10 de julio de 2018) [En línea] Disponible en: https://www.aciprensa.com/noticias/santa-misa-con-sacerdotes-religiosas-religiosos-consagrados-y-seminaristas-31564
[7] Ciudad Redonda, Lecturas de hoy Martes de la 14ª semana del Tiempo Ordinario, 10 de julio de 2018.  (Consultado el 10 de julio de 2018) [En línea] Disponible en: https://www.ciudadredonda.org/calendario-lecturas/evangelio-del-dia/hoy

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